sábado, 17 de noviembre de 2012

Algo de Los Agharianos (intraterrestres)

 

Son la raza nativa de Agharta. Viven actualmente en el mundo interno de la Tierra. Han sido vistos por muy pocas personas, principalmente por exploradores autónomos que se atrevieron a explorar las zonas más recónditas y lejanas de los polos polares, y por pueblos específicos situados cerca de posibles cavidades que sirven de entrada a Agharta y como salida de los mismos. Estas son dos teorías: 
La experiencia de los exploradores: es una teoría recogida de la experiencia de exploradores autónomos, principalmente en las tierras heladas del Polo Sur. Al acercarse al eje de la Tierra las brújulas pierden la orientación y dan vueltas, este obstáculo dificulta o, en algunos casos, imposibilita conocer la situación y distancia seguida por los exploradores. De este modo, hay hombres que han llegado al borde del agujero polar o han entrado en Agharta, sin darse cuenta, no pudiendo después demostrarlo por los problemas de orientación y coordenadas que presenta la cercanía al eje de la Tierra, imposibilitando el regreso al mismo lugar por el mismo camino. Algunos de los escritos recogen experiencias como visiones de terrenos con vida vegetal y huellas de seres vivos parecidas a la de los lobos, otros explican la visión de seres humanoides similares al hombre vistos fugazmente en estas mismas tierras vegetales u otras zonas despobladas o heladas así como la visión lejana de naves espaciales geométricas entrando y saliendo en vertical por los agujeros, haciendo indefinida la situación de los mismos. Algunos exploradores son: William Reed (autor de "El fantasma de los polos", almirante Richard Evelyn Byrd (explorador de la Atlántida) 
La experiencia de los pueblos: los habitantes de ciertos pueblos de la Tierra han visto naves luminiscentes, de plasma de luz de color amarillo, y seres humanoides iluminados, al parecer, por antorchas, caminando en fila por senderos entre las montañas cercanas a dichos pueblos. La posibilidad del avistamiento es la existencia de cavidades cavernosas que se comuniquen con Agharta, sirviendo de entrada y salida de sus habitantes, los aghartianos, tanto a pie como en naves. La situación de estas cavidades también es indefinida, probablemente ocultada por sus habitantes para impedir el descubrimiento de las mismas por parte de los humanos. 

Las naves de los aghartianos están construidas con plasma de luz sostenidas con estabilidad magnética, sin presencia de material sólido ni estructuras definidas. Estas naves luminiscentes son visibles a simple vista desde cualquier distancia, ya que su luz, sin ser muy fuerte, penetra hondamente en el campo de la visibilidad humana. Suelen tener una estructura similar al esqueleto de un navío o de un crustáceo, varas de luz cóncavas transversales sostenidas a otras varas de plasma que componen la estructura principal, siendo la figura más estrecha en sus extremos y más ancha en su centro. Alcanzan grandes velocidades y son muy ligeras de peso. La tecnología utilizada para construir estas naves es desconocida, algunas de sus instalaciones tecnológicas están debajo de la Tierra. 
Los Aghartianos, en especial con la Federación Galáctica y el Consejo de Andrómeda, han ofrecido personal cualificado, alberge y muchas ayudas para las civilizaciones que están trabajando para ayudar a la raza humana a liberarse de la influencia del mal, facilitando el cumplimiento de los objetivos de las mismas. Debido a esto, han sufrido la intrusión de varias razas malévolas, como la reptil, la insectoide y algunos grupos humanos y felinos negativos, procedentes Orión, la Constelación de Draco y Sirio A, para obligarlos a renunciar a su proyecto de ayuda para las razas benevolentes con la Tierra; respondieron con la resistencia, obteniendo la victoria con la expulsión de las razas malévolas, demostrando la seriedad y la importancia que están poniendo para ayudarnos a ser libres. Los aghartianos desean la unión del mundo exterior e interior de la Tierra, como integrantes que somos de una misma familia, de un mismo planeta, de un mismo mundo y un mismo hogar; ellos también están siendo afectados por la batalla entre el bien y el mal, por que la derrota humana supone la derrota de ellos. 

Un grupo de humanos asiáticos o nórdicos, quienes, según afirman algunas fuentes, descubrieron un inmenso sistema de cavernas debajo de la región del desierto de Gobi y áreas de alrededor hace miles de años, y se han establecido desde entonces en un próspero reino interior, que ha estado interactuando con otros sistemas planetarios hasta las épocas actuales.
 

 

Extensos sistemas de cavernas debajo del Tíbet, se alega que vinculan a los sistemas de Agharti del Asia central al “Mundo de las Serpientes”, un sistema de cavernas de multi-niveles debajo de las cuestas al sudoeste del Himalaya, en donde moran los “Nagas”, según la leyenda Hindú. 

Aquí, un culto a la serpiente por parte de colaboradores humanos y reptiles mora, uno de los que se ha dicho que tuvo contacto con la sociedad Nazi Thule durante la Segunda Guerra Mundial. Dicen que hace mucho tiempo, un príncipe asiático condujo a varios seguidores militantes - monjes guerreros - a las cuevas, y entró en conflicto con este culto de la serpiente. 



 

Después del conflicto, los reptiles y fuerzas colaboradores fueron expulsados; no obstante, en siglos recientes, ellos han recuperado alguna tierra. 

La Tierra interna consta de dos características principales: La primera es la corteza interna de la Madre Tierra que es una continuación de la corteza superficial externa. Cada una de las dos regiones polares tiene una gran entrada o agujero, algo así como el corazón de una manzana, y la corteza se envuelve por debajo y alrededor del manto dentro del hueco interior. Las cortezas externas e internas tienen una topografía muy similar: Ambas abarcan los océanos, los continentes, las cadenas de montañas, los lagos y los ríos. Es meramente que la corteza interna hace frente al núcleo de la Tierra. Este núcleo brilla intensamente y está rodeado por un velo nublado. La luz emitida es más difusa que la luz del Sol, de modo que la luz del día en Tierra interna es más suave y más apacible que en la superficie externa de la Tierra. 

La segunda característica principal de la Tierra interna es los llamados mundos de caverna. Estos son huecos inmensos dentro del manto, algunos de los cuales son características naturales creadas por la Madre Tierra, mientras que otros se hicieron utilizando la tecnología avanzada de la principal sociedad de la Tierra interna, la tierra de Agharta. Esta Tierra es el último remanente vivo de la segunda colonia de la Federación Galáctica en la Tierra, Lemuria. 

Lemuria, en su forma original, fue una sociedad superficial con un componente subterráneo. La principal ciudad capital estaba situada en la gran isla que se hundió bajo las olas del Pacífico hace unos 25.000 años. Una ciudad capital secundaria estaba situada en la Tierra interna. Fue a esta ciudad a donde se trasladó el Gobierno de Lemuria después del cataclismo. El nuevo dirigente de la superficie, el imperio de la Atlántida, ordenó que se sellaran los principales túneles de entrada (a la Tierra interna). Fue solamente durante los días finales de la Atlántida que los lemurianos rompieron estos sellos y así salvaron de una muerte cierta a muchos habitantes de la superficie. 

Esta gente formó una sociedad que posteriormente regresó a la superficie durante un tiempo y llegó a ser el Imperio Rama, situado en Asia meridional. Luego el Gran Diluvio de ocho mil años antes de Cristo terminó este intento de salvar a la humanidad de los caminos oscuros de los Anunnaki. A pesar de este revés, Lemuria persistió en su papel de proteger el mundo superficial contra estos bribones causantes de estragos. Fueron sus emisarios galácticos los que mantuvieron la asociación de este Sistema Solar a la Federación Galáctica. 

Después del Gran Diluvio y el fallecimiento del Imperio Rama, los lemurianos se reagruparon y llamaron Agharta a su sociedad nuevamente combinada. La capital, Shamballah, se volvió a ubicar en una caverna situada lejos bajo la ciudad de Lhasa en el Tíbet moderno. Muchos túneles conectan Shamballah con la superficie en el Himalaya. Estos se utilizaron por hombres santos que vinieron a difundir su gran energía y la sabiduría divina al mundo exterior. 

En este área, se mantuvo un lugar extraordinario para ocasiones especiales, donde se reunían los hombres santos y sus discípulos elegidos para mantener las rejillas (o retículas) sagradas de energía de la Madre Tierra. Este trabajo, junto con numerosos rituales realizados diariamente a través de la Tierra interna, es en gran parte responsable de mantener viva la energía divina que es el legado principal de Lemuria a los pueblos de la superficie de la Madre Tierra. Lemuria, y posteriormente Agharta, ha mantenido la Luz continuamente para vuestra transformación de nuevo en Seres de Luz plenamente concientes. 

Agharta es un mundo muy parecido al de ustedes. La Tierra interna contiene un ecosistema próspero en el que se pueden encontrar criaturas que ya no existen en la superficie [como el mamut o el terodáctilo, N.T.]. Esta colección exótica de fieras se supervisa cuidadosamente. Cerca de las diversas ciudades de la Tierra interna se hallan áreas especiales donde los aghartianos cuidan de ellas, y, cuando es necesario, curan a las muchas criaturas de esta ecología variada. 

Los aghartianos residen en una red de ciudades cristalinas extendida a través de la Tierra interna. Éstas varían de tamaño desde unos diez mil a un millón de habitantes aproximadamente, aunque la mayoría de las ciudades albergan de cien mil a doscientas mil personas. Estas ciudades se asemejan más en detalle a pequeños poblados que forman juntos toda la sociedad. La unidad subyacente es el ‘racimo’ o grupo de personas [N. del Editor: En inglés, podlet]. Los ‘racimos’ que comparten un propósito de vida similar se unen para formar ‘clanes’. Los clanes son los principales bloques de construcción de la sociedad galáctica. 

A través del tiempo los seres humanos plenamente concientes desarrollaron un formato para vivir armoniosamente llamado la sociedad galáctica de la que Agharta es un ejemplo típico. En su caso, un sistema de doce clanes forma el núcleo de operación de esta sociedad y estos se organizan según la tarea, como por ejemplo la administración, ingeniería, ciencias curativas, etc. Cada clan se divide en ‘racimos’ que contienen un máximo de 64 individuos. 

Es común que los ‘racimos’ formen un clan para asociarse libremente con los de los otros once clanes. Estas agrupaciones más grandes forman pequeñas comunidades donde cada una posee los recursos para solucionar creativamente cualquier problema que surja. Estas pequeñas comunidades, a su vez, se mezclan para formar los barrios de una ciudad. Así, cada ciudad es una colmena de individuos que se unen para compartir y contribuir a su barrio, a su ciudad y a su mundo. 

El Consejo Dirigente de Agharta se compone de los jefes de los doce clanes elegidos para este puesto por su último servicio meritorio al clan y a la sociedad. Desde este consejo se elige a un individuo considerado que es el más sabio y el más merecedor del honor titular de Rey o Reina de Agharta. Esta persona está a cargo del enorme ejército de emisarios y enlaces enviados al mundo superficial y a los consejos apropiados de la Federación Galáctica.
 

Su responsabilidad es ver que su transformación de nuevo en ángeles físicos transcurre según el Plan Divino. Su trabajo en su nombre nos ayudó a volver a enfocar esta misión de Primer Contacto y dio lugar indirectamente a "Decra Zau," u Operación Espíritu. Además, el Rey y su consejo han establecido la agenda para el período asombroso que va a seguir a los aterrizajes masivos reales sobre su mundo. 

La tecnología avanzada que permite que cada persona cree su alimento y ropa diarios hace autosuficiente a cada ciudad cristalina. El cultivo, la construcción y las industrias fabriles del mundo superficial se han quedado obsoletas por esta tecnología de Luz. Por ejemplo, cada individuo puede cambiar a capricho el aspecto y el diseño interior de su residencia. Esta tecnología también transporta a una persona desde un punto a otro casi instantáneamente. Esto significa que el mundo se hace una comunidad tan accesible a ustedes como su barrio inmediato. 

Así pues, el pensamiento de los aghartianos no está constreñido por las condiciones de limitación bajo las cuales viven sus vecinos superficiales. La libertad conferida por esta tecnología de Luz ha liberado maravillosamente los talentos creativos que se ponen a uso completo por su sociedad. Felizmente, los aghartianos están utilizando ahora estas habilidades para juntar Agharta con sus hermanos de la superficie. 

Hoy hemos seguido tocando el tentador mundo se halla lejos bajo sus pies. Este terreno de la Tierra interna es muy similar a aquel en donde viven ustedes y justo tan muy amado. ¡La gente de esta Tierra, los aghartianos, les saludan y esperan con ilusión el día en que estos dos mundos de la Madre Tierra pueden hacerse Uno de nuevo!
 

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